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martes, 26 de febrero de 2013

Sin expectativas no hay decepciones.

A quien no le ha pasado que planeas un fin de semana increíble con tus amigos esa en el que van a destrozar la discoteca y se van tomar hasta el agua de los floreros, o ese viaje en el que planean hacer millón de cosas y todo va salir increíblemente bien, pues bien la mayoría de la veces todo no sale como lo planeado y se aplica la Ley de Murphy «Todo lo que pueda salir mal, pasará».
Pero si todo lo que puede salir mal va a pasar que podemos hacer, pues simple (de acuerdo a  mi querido amigo), entre una taza de café y el frio de las noches capitalinas entre esas muchas conversaciones que tiene con tus amigos gays  en las que hablas de todo me contaba sobre sus experiencias con las visitas al psicólogo y donde él había comprendido a ser más feliz bajando sus expectativas, aunque esto pueda sonar un poco conformista por algunos tiene mucho de razón si aplicamos a ejemplos sencillos si retomamos  lo que habíamos dicho al inicio:
Primero el fin de semana con tus amigos destroza discoteca que salió mal, tu discoteca favorita estaba clausurada, tu mejor amigo se emborracho y te dejo más que avergonzado y te toco ser su niñero, o simplemente tus amigos se dedicaron más que a pasar contigo buscaban vaciles de la noche.
Segundo el viaje donde vas hacer millos de cosas, resulta que por mal tiempo ni siquiera podías estar en la playa, o se terminó dañando el vehículo y gastaste tu presupuesto en la reparación y tus actividades tuvieron que cambiar.
Pues que fue lo que paso, todo lo que salió mal o que podría salir mal son factores externos sobre los cuales nosotros muy poco podemos hacer para que no acurran, de acuerdo a esto mi amigo decía que cuando planeamos algo nuestras expectativas no deberían estar en lo que esperamos de los demás o de cómo se den las circunstancias porque terminaríamos decepcionados, sin embargo como aportación personal las expectativas deberían ser sobre uno no para que todo salga bien, sino para que nosotros sepamos reaccionar de la mejor manera si las cosas no salen como lo planeados J

miércoles, 6 de febrero de 2013

MI AMIGA LA LESBIANA

Para todo gay tener como mejor amiga a una lesbiana es tan cliché como para las novelas mexicanas que la protagonista termine siendo millonaria jajaja ¡!! Bueno conocí a mi amiga hace ya 5 años y tengo que dejarlo muy claro que no era el tipo de persona que quería para ser mi amiguísima del mundisimo nuestros primeros encuentros siempre por amigos en común no fueron muy relevantes creo que yo no le caía bien ye ella a mi pues no es que me inspiraba buenos sentimientos ¿por qué? fácil porque eras opuestos. Yo por ese entonces muy ingenuo creía en las buenas intenciones de todos, siempre evitando el conflicto, muy amistoso y ella desconfiaba de todos, muy frontal siempre decía  las cosas que le molestaban o quien le molestaba y muy cerrada con su círculo de amigos.
Es fácil decir por esas descripciones encajábamos  con ciertos estereotipos del gay amistoso y de la lesbiana conflictiva, recuerdo que de las primeras ocasiones cuando salíamos con nuestros amigos en común alguna vez invito a nuestros amigos a su apartamento y delante de todos dijo “menos tú, porque no te conozco” ahora me causa risa porque años después terminaríamos viviendo juntos pero en ese momento me pareció tan grosero de su parte, entre ese incidente y otros más tenía claro que ella y yo no seriamos buenos amigos.
El día que cambio nuestra amistad como la mayoría de estos caos fue entre copas esas que hacen tumbar nuestras inhibiciones, ella y yo nos mostramos sin nuestras máscaras y me di cuenta como desaparecía la persona grosera que conocí y esa desconfianza hacia todos y todo era porque muchas veces le fallaron y que en su vida las cosas no fueron relativamente fáciles como en la mía.
Nuestra amistad se fortaleció con el tiempo y con las acciones que cada uno hizo por el otro, sus genes masculinos y los míos femeninos se complementaron muy bien.
Las lesbianas en primer plano son otro mundo  al de los gay, pero no resultan muy distintos en esencia ellas quieren lo mismo que nosotros, conocer a alguien, enamorase, casarse y tener hijos todo eso que los heterosexuales lo consiguen con menos esfuerzo.
En 8 meses viviendo juntos hemos podidos compartir de manera más cercanas nuestras metas y nuestras decepciones, en el amor a los dos nos va igual de mal jajaja pero por el momento no dele tanto porque nos tenemos, y aunque ahora resulte ser un cliché me alegro de tener a mi mejor amiga lesbiana J